7/14/2011

¿QUÉ MINISTRO... PARA LA “REVOLUCIÓN EDUCATIVA”?

Esta semana está llena de rumores sobre quiénes serán miembros del Gabinete del nuevo Gobierno. También en la comunidad educativa, hay preocupación sobre quién será el Ministro/a del Sector y con quiénes estará acompañado para concretizar la promesa de una “revolución educativa”.

LA REVOLUCIÓN EDUCATIVA

1. Una revolución –en términos genéricos- es un cambio o transformación radical (modificaciones en las raíces de los problemas), totalizante (holística) y profunda de una situación o realidad, en un plazo más o menos inmediato. Una revolución no debería confundirse:
· Ni con una “evolución” paulatina de una realidad;
· Ni con alteraciones fragmentadas de una realidad:
· Ni con modificaciones en los situaciones-efectos, sin alterar las determinaciones y condicionamientos (raíces)

2. Hablamos de la “revolución industrial”, cuando el desarrollo de la industria alteró rápidamente y de manera globalizada-profunda la economía y la manera de vivir de la sociedad en el siglo XIX y XX.

3. Una Revolución Educativa, entonces, debería significar modificaciones profundas en la finalidad, en los resultados, en las estrategias y en el nexo para que los aprendizajes puedan servir al mismo tiempo para el desarrollo (producción-trabajo) y para la afirmación de la interculturalidad. Una revolución educativa debería asumir la educación como derecho, como fin y como medio del desarrollo humano. Tendría, por lo tanto, un sentido liberador y emancipatorio.

4. Ahora bien, en el Plan de Gobierno de “Gana Perú” leemos: “La educación es fundamental para la viabilidad de nuestro País: necesitamos llevar a cabo una revolución educativa… La Revolución Educativa será parte de un programa de transformación democrática integral de la sociedad peruana… El movimiento ciudadano por la educación debe incluir a la comunidad educativa –maestros, padres y estudiantes- pero también trascenderla” (p. 165-166).

5. El señor Presidente Electo Ollanta Humala reafirmó públicamente la tesis de la “Revolución Educativa” en múltiples oportunidades. Por ejemplo, en uno de los debates televisivos señaló: La educación gratuita y de calidad es un derecho… Necesitamos una Revolución Educativa”. Precisó algunos rasgos de esa "Revolución Educativa"; cobertura en la atención en primera infancia, orientación educativa para formar para competitividad, “nueva (ley de) carrera pública magisterial”, alimentación escolar, desterrar la inequidad educacional, “aumento remunerativo en el básico”, etc.

6. Un amplio sector del magisterio organizado y de padres de familia, así como de intelectuales ligados al sector Educación, se fajaron por la victoria de Ollanta Humala –entre otras razones- al tener esperanza de cambios sustantivos en la educación nacional. No votaron por el continuismo de las políticas neoliberales en educación; sino porque explícitamente se anunció una “revolución educativa”.


COHERENCIA NECESARIA

7. Fue Alberto Fujimori quien -en los últimos tiempos- recordó el mal ejemplo de los políticos tradicionales y engaña-pueblos. En la campaña presidencial de 1990, Fujimori postuló un Programa; pero –en seguida- puso en marcha, otro. La mentira pública se impuso. Un político más que se burló de las promesas que hizo al Pueblo en las justas electorales. Esperemos que este ejemplo del dictador no se repita nunca más en nuestra Patria.

8. Es obvio que la educación peruana continúa en crisis profunda. De lo contrario, no se hubiese anunciado la “necesidad de una revolución educativa”. Es verdad que se nos ha vendido el espectáculo de juegos artificiales en educación. Algunos logros rescatables en los últimos años no pueden ocultar que la crisis educativa aún perdura. No se puede seguir aceptando triunfalismos como los siguientes:
  • ¡Perú, territorio liberado del analfabetismo! ¿Cómo se está tipificando a una persona o a un pueblo alfabetizado?
  • ¡Avanzamos en calidad de la educación! Según datos oficiales de la ECE-2010, en la Escuela Pública, un 77.2% no llega al mínimo en comprensión lectora; y un 88.3% tampoco llega a ese mínimo en matemática; y ¿qué decir en competencias ciudadanas y de ciencia-tecnología?
  • ¡Con la Carrera Pública Magisterial, CPM, los maestros van a ganar 4066 nuevos soles! En realidad no se trata de la CPM, sino de una nueva Ley de CPM. Y –después de cerca de cuatro años de aplicación de este nuevo dispositivo- solamente 359 docentes en el V Nivel Magisterial ganan esta cantidad, es decir, el 0.11% de los docentes que laboran para el Estado (1).
  • ¡Hemos defendido la educación pública! De acuerdo a estadísticas oficiales, del 2000 al 2010, la educación pública decreció en 8.3%, pero la educación privada aumentó en 48.1%. En el año 2006, la matrícula en estudiantes no universitarios fue de 78.35% en el sector público, pero en el año 2010 mermó al 74.91%. Del 2006, al 2010, el sector privado creció del 21.65% al 25.09% a nivel nacional (2). Es decir, en el período aprista creció la privatización de la educación.
  • Etc.
9. Quienes votamos por Ollanta también lo hicimos para superar esta situación de crisis y de falsos triunfalismos en la educación de las mayorías nacionales. Y obviamente, el voto fue también contra quienes estuvieron y aún están al frente de la continuidad de esta crisis, ajena a los intereses de los pobres.

10. “La esperanza venció al miedo” también en el campo educativo. Surgió y todavía existe esa esperanza en los padres-madres de familia, en los estudiantes y en los docentes de base organizados y no organizados. Surgió y aún perdura una esperanza de cambio en la educación del país que no puede defraudarse, con el riesgo de respuestas de lo contrario a la esperanza: ¡Acciones de desesperación y sin miedo!


SUJETOS DE CAMBIO

11. La bandera de “Revolución Educativa”debe plasmarse en acciones diseñadas y organizadas por los mismos sujetos de la educación, con alguna dirección. Quienes dirijan este cambio educacional no pueden ser personas que han estado hasta ahora al frente del Ministerio de Educación, como perennizadores de la crisis educativa. Nadie de la “Alta Dirección” del MED del Gobierno saliente puede lavarse las manos, ahora, por más medallas logradas a última hora, con excelente campaña mediática.

12. Pero, tampoco debería estar al frente de una “Revolución Educativa” a favor de nuestro Pueblo, quienes siempre han preconizado cambios sí, pero con un enfoque contrario a las necesidades e intereses de nuestro Pueblo. Obviamente, si la decisión de los grupos de poder se impone, se estaría traicionando lo que se ofreció: ¡una revolución educativa!

13. Estos días, entonces, son importantes en la elección de quienes deben comandar la “revolución educativa”. Comprendemos las presiones de los grupos de poder; pero todavía tenemos esperanza que el nuevo Gobierno sea fiel y coherente a sus propios ofrecimientos.
 

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